De cómo salvé a un cárabo común

7 febrero 2010
 

Repasando el otro día mis andanzas me encontré con las imágenes que tenía guardadas de un cárabo común que posiblemente hubiera acabado sin quererlo con sus días. Es una historia para mi entrañable y que no me gustaría olvidar, ahora que la he recuperado en mi memoria la comparto con quien virtualmente se acerque a este espacio.

 

puente de Sunbilla y Bidasoa

Estando circunstancialmente en la localidad de Doneztebe (Santesteban - Norte de Navarra), una mañana de primavera se me ocurrió  ir a caminar por la vieja pista que tiempos atrás fue del ferrocarril desde Doneztebe a Sunbilla.  Es un recorrido bastante llano donde te acompaña el cauce del río Bidasoa. Se trata de un paseo recomendable donde los haya, pues se respira paz y naturaleza.  Agotada casi la mañana cuando volvía a Doneztebe y junto a la ribera del río Ezkurra, en el parque del pueblo observé a un perro muy nervioso e inquieto, que ladraba sin cesar arremetiendo contra algo que apenas podía refugiarse contra un murete, como si estuviera entre las cuerdas. La curiosidad me pudo y me acerqué a ver lo que pasaba. El perro tiraba con fuerza de la correa que lo sujetaba y su amo peleaba por alejarlo de allí.  Pronto se acercó otra persona y yo misma. En el suelo se encontraba lo que parecía un búho, más tarde averigüé que era un cárabo común (Strix aluco), como de unos 30 cm y que emitía un continuado grito de alerta o de desesperación.
túnel en la vieja vía del ferrocarril (Sunbilla)

Vi al animal en peligro, el perro podía ser controlado en ese momento, pero si el cárabo se dejaba allí, cualquier otro peligro desconocido le iba a acechar. Seguramente se habría caido del nido, de algún árbol cercano porque parecía un ejemplar joven.
No lo pensé ni un segundo, me acerqué y lo cogí con mis manos, él solo emitía los grititos, pero pronto dejó de hacerlo. Nervioso se movía en mis manos y yo más nerviosa aún sin sabe qué hacer con él.
Siendo foránea del pueblo y estando allí de paso, lo que se me ocurrió fue ir donde algún veterinario.  Un amable viandante me indicó donde había una clínica veterinaria, aunque me advertía que estaría cerrada, no solo por la hora, sino porque era fin de semana. Allí me acerqué y afortunadamente había un teléfono de urgencia. Llamé y me puse en contacto con la mujer del veterinario quien me indicó de la ausencia del mismo, pero que vendría a la tienda para ver qué se podía hacer.

 

Tras un poco de espera con el cárabo en mis manos, la amable mujer me ofreció la solución de dejar en una jaula al animal y ellos se encargarían de avisar a los servicios que se harían cargo del mismo para devolverle su libertad de la forma más adecuada posible.

 
Me despedí de él deseándole lo mejor.


El cárabo (Strix aluco) es una rapaz nocturna que suele encontrarse donde hay árboles viejos con huecos donde poder anidar. Como tiene hábitos nocturnos no es fácil verlo, pero sí se le identifica por el sonido que emite por la noche. Fundamentalmente se alimenta de roedores.




Comentarios

  1. Que envidia me dan tus paseos por esos parajes tan divinos. Hace dos veranos estuve al lado de Lekumberri(arruitz), y disfruté muchísimo de la zona, preciosa!!
    El cárabo una pasada, me ha recordado a, cuando hace muchos años, compraba la revista Quercus!!
    Como pasa el tiempo!!

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